(Deu 4:35) A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.
(1Ti 2:5) Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,
(Flp 2:6) el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
(Flp 2:7) sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
(1Ti 2:6) el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.
(1Ti 2:4) el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
(Hch 14:9) Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado,
(Heb 10:11) Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;(B)
(Heb 10:12) pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
(Heb 10:13) de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies;(C)
(Heb 10:14) porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
(Heb 10:15) Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:
(Heb 10:16) Este es el pacto que haré con ellos
Después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
Y en sus mentes las escribiré,(D)
(Heb 10:17) añade:
Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.(E)
(Heb 10:18) Pues donde hay remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado.
(Heb 10:19) Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,
(Heb 10:20) por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne,
(Heb 10:21) y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios,
(Heb 10:22) acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones(F) de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.(G)
(Heb 10:23) Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
(Hch 2:17) Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,
Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;
Vuestros jóvenes verán visiones,
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GLORIA A DIOS
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