Hacer crecer el ,matrimonio

Piensa en esto: ¿hay algún aspecto de tu vida en el que puedas dejar de trabajar y aún así ver crecimiento? ¿Puedes comer todo lo que quieras, evitar el ejercicio y aún así, esperar que tu cuerpo esté sano? Claro que no. ¿Puedes dejar el jardín sin regarlo, fertilizarlo ni cortar el césped y luego ver una prolija y verde alfombra, tan bella como para ganar el premio al mejor jardín? Te repito que mejor será olvidarlo. Sin embargo, las personas normales son negligentes con sus matrimonios, y de todos modos esperan vivir felices con sus cónyuges. No es de extrañar entonces que resulte tan tentador hacer borrón y cuenta nueva para repetir el ciclo con otra persona. Estadísticamente, cuantas más veces se haya divorciado alguien más probabilidades tiene de que su próximo matrimonio acabe del mismo modo. Si te parece que el césped se ve más verde enfrente, es hora de que riegues el tuyo. Ahora, si quieres salir de la norma, y tener lo que pocos tienen, tendrás que hacer lo que pocos hacen: concéntrate en tu matrimonio como jardín viviente y en crecimiento. Debiéramos seguir pegados, persiguiendo a nuestro cónyuge con la misma pasión y fervor que expresamos cuando éramos novios. Antes del matrimonio, el hombre y la mujer suelen buscarse, apegarse. Y naturalmente, los hombres en general van tras su potencial esposa. Lamentablemente, somos cazadores. Cuando logran atrapar a su presa (se casan), algunos buscan cazar una nueva presa (una carrera o pasatiempo). No es que la mayoría quiera tener matrimonios fallidos, dolorosos y penosos. De hecho, la mayoría de las parejas esperan y hacen planes para que sus matrimonios sean plenos, ricos y con sentido. Y cada una de las partes seguramente tiene buenas intenciones. Pero con las buenas intenciones nada más, no se llega muy lejos.